RECARGO

Por recargo se entiende como cualquier coste adicional que hay que pagar para poder realizar una determinada gestión o recibir un determinado servicio. Por ejemplo, a la hora de hacer una transferencia bancaria a otra entidad puede cobrarse una comisión o recargo por hacer ese servicio. Si nos atrasamos en el pago de una factura también podemos sufrir un recargo como penalización. Pero no solo desde el ámbito privado pueden darse recargos. En el caso del pago de impuestos también pueden producirse este tipo de sobrecostes adicionales. No existen solo los recargos económicos, las empresas de servicios de telefonía e Internet suelen aplicar un recargo o penalización a los clientes que interrumpen el período de permanencia establecido el día de la contratación. Lo normal es que las compañías exijan una permanencia de un año o más, y que estipulen el importe que debe abonarse ante una baja que tenga lugar antes de dicho plazo. El recargo por interrupción del servicio durante el período de permanencia suele ser variable, ya que depende del tiempo que haya transcurrido desde la contratación.